Ya hemos visto unos cuantos colegios en cada una de las exposiciones de nuestros compañeros y la verdad, es impresionante. Es increíble ver como sí es posible el aprendizaje cooperativo y la inclusión en las aulas si lo proponemos y luchamos por ello. Obvio es un trabajo difícil que requiere de mucho esfuerzo y continua renovación, pero a la vista están los resultados.
Un ejemplo de ello es el
Colegio GAUDEM. En este colegio la característica principal es su apuesta por el deporte. Sí, su apuesta por el deporte ya que considero que tener alumnos con discapacidad auditiva no es más sino una mera anécdota. Este colegio integra por completo a los alumnos en sus aulas, los cuales, aportan más de lo que necesitan a toda la comunidad escolar. En las aulas tienen dos profesores, el/la encargado/a de la clase y el intérprete para que todos los alumnos puedan seguir con la clase. Se integran de tal manera, que llegan a un nivel donde no es necesario sacar a los alumnos del aula e incluso la comunicación con sus compañeros es totalmente viable ya que estos aprenden indirectamente y con mucho empeño la lengua de signos. Por tanto, un colegio donde sí funciona el aprendizaje cooperativo entre todos donde cada uno aprende a sacar el máximo de sus capacidades.
Es un colegio donde trabajan por proyectos en los que se involucra a toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias que también juegan un portante papel.
Por otro lado, tenemos el
Centro Rural Agrupado Ariño-Alloza. En este colegio también se trabaja por proyectos aunque lo que más me ha llamado la atención es que, al ser un colegio de un pueblo pequeño, tiene gran participación y coordinación con otros centros de pueblos cercanos. Trabajan con proyectos de convivencia lo que facilita mantener comunicación con factores externos al propio colegio y comparten experiencias.
Es un colegio donde la comunidad educativa integra muy bien a las familias ya que estos acuden a clases de formación para poder llevar a cabo el proyecto. Los alumnos, también, ayudan a los mayores y se convierten en sus profesores con algunos temas como las TIC's. Los alumnos carecen de libros de texto ya que la labor educativa se lleva a cabo por medio de temas en los que se enlazan los conocimientos previos de todos con los nuevos conocimientos (aprendizajes por descubrimiento y de manera cooperativa entre todos).
El
Colegio San Sebastián de Meco es otro de los colegios punteros en educación inclusiva que estamos viendo. Este colegio trabaja por proyectos y las familias están más que involucradas ya que tienen blog, que facilita la comunicación, y actividades con los alumnos o biblioteca donde se fomenta la participación de los padres en las actividades del centro ya que son los encargados de llevarlas a cabo y que funcionen.
Un punto que me ha parecido muy interesante, son las reuniones de los profesores. Los docentes se reúnen cada quince días para hacer intercambio de ideas y experiencias y, así, poder colaborar en la solución de algún tipo de conflicto en caso de haberlo, o simplemente, para ver que funciona y no. De este modo, llevan a cabo una continúa reflexión sobre el funcionamiento del centro que ayuda a que sea uno de los más eficaces.
Por último, esta semana nos queda uno de los colegios más interesantes que hemos visto, el
colegio O'Pelouro un colegio que sigue un modelo psicosocio-pedagógico. Esto quiere decir que trabajan con las emociones y sensaciones de los alumnos. En el colegio, nadie es diferente y todo trabajan en todas las dinámicas. Existen, ciertas normas establecidas pero tienen cierta libertad de expresión y movilidad. Se trabaja por proyectos, pero de una manera diferente ya que cada alumno tiene su idea, su motivación personal sobre un tema a partir del cual y paralelo al programa educativo, se trabajan unos mínimos. De este modo, fomentan el interés por el propio aprendizaje.
Además, la comunidad educativa del centro también las forman personas con algún tipo de discapacidad. Por ejemplo, en el comedor, personas con Síndrome de Down son los encargados de servir la comida lo que hace un ambiente mucho más seguro y concienciado. Considero además, que de este modo, no solo los alumnos aprenden valores, sino que a este tipo de personas también se les INCLUYE dentro de la comunidad aunque nos sean alumnos ya que también forman una parte importante de él. Así, podemos comprobar que la inclusión no solo se puede dar en la escuela sino que todos tenemos derechos y capacidades que nos hacen útiles para la sociedad y, sobre todo, personas, ya que así encuentras algo que te hace feliz.
Una de las cosas que me llamó la atención es la disposición de las aulas. No son clases ordinarias, sino que es como una gran casa rural donde cada clase es una estancia diferente con decoración anómala que han ido haciendo los alumnos, a su gusto, con el paso del tiempo. Se puede observar un precioso desorden pero con orden, favorece un caos ordenado donde incluso los lugares tienen libertad de expresión. Ellos mismos cuidan los alrededores de la escuela y trabajan juntos.
Para terminar quiero hacer una reflexión sobre la IGUALDAD VS EQUIDAD. Hemos comentado este fenómeno en clase y creo que merece cierta importancia dentro de esta entrada. Todos tenemos los mismos derechos y, para llevarlos a cabo, no se trata de dar a cada uno lo mismo ya que lo que debemos hacer es dar a cada uno lo que merece y necesita. Solo de este modo podremos conseguir una educación equitativa y de inclusión. Sabiendo que, a pesar de las características de cada uno, ya pueden ser físicas, motrices o mentales, todos tenemos el derecho a las oportunidades y alcanzar los objetivos, poder ser felices. Os dejo la foto que hemos comentado en clase, habla por si sola.
Nerea Collado Ferrado